Seamos pragmáticos: Introducción a la pragmática española

Seamos pragmáticos: Introducción a la pragmática española

ISBN-10:
030019109X
ISBN-13:
9780300191097
Pub. Date:
10/14/2014
Publisher:
Yale University Press
ISBN-10:
030019109X
ISBN-13:
9780300191097
Pub. Date:
10/14/2014
Publisher:
Yale University Press
Seamos pragmáticos: Introducción a la pragmática española

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Overview

Seamos pragmáticos fills a void in the growing field of Spanish pragmatics. As more courses at the undergraduate level are being added to university Spanish programs, this practical text is specifically tailored for advanced undergraduate and graduate students with little or no background in linguistics. It is also the first of its kind in the U.S. written entirely in Spanish.  

Product Details

ISBN-13: 9780300191097
Publisher: Yale University Press
Publication date: 10/14/2014
Edition description: New Edition
Pages: 280
Sales rank: 858,298
Product dimensions: 7.00(w) x 9.90(h) x 0.60(d)

About the Author

Derrin Pinto is an associate professor of Spanish at the University of St. Thomas in St. Paul, MN. Carlos de Pablos-Ortega is associate professor in Spanish and Audiovisual Translation at the University of East Anglia in Norwich, U.K.

Read an Excerpt

Seamos Pragmáticos

Introducción a la Pragmática Española


By Derrin Pinto, Carlos de Pablos-Ortega, Tim Shea

Yale UNIVERSITY PRESS

Copyright © 2014 Yale University
All rights reserved.
ISBN: 978-0-300-19109-7



CHAPTER 1

Para abrir boca La pragmática desde el principio


PARA SITUARSE

A veces cuando se trata del uso del lenguaje, se puede distinguir entre lo gramaticalmente correcto y lo socialmente apropiado. En la pragmática, en vez de estudiar lo que es o no es gramaticalmente correcto, puede interesar la distinción entre lo apropiado y lo inapropiado. Sin embargo, ¿cómo se determina si una palabra, frase o expresión es apropiada o no? ¿De qué tipo de factores depende? Cuando Ud. habla inglés, por ejemplo, ¿cree que es fácil hacer una distinción entre lo apropiado y lo inapropiado?


¿QUÉ ES LA PRAGMÁTICA?

Generalmente considerada como un subcampo de la lingüística, la pragmática es un área de estudio interdisciplinar que incorpora conceptos y planteamientos teóricos de varias ciencias sociales como la filosofía, la sociología, la antropología y la comunicación. Debido a su carácter híbrido, no es fácil definir en qué consiste la pragmática. En primer lugar, es un tema complicado para un curso introductorio porque normalmente se define especificando lo que no es y analizando cómo se contrasta con otros campos lingüísticos como la semántica. Sin embargo, si uno no tiene un entendimiento general de lo que es la lingüística, este tipo de explicación contrastiva no ofrece información útil. En segundo lugar, precisar los límites de la pragmática resulta complejo porque existen perspectivas diferentes entre los expertos que trabajan en el campo. A pesar de las complicaciones y de las posibles discrepancias, se van a ver algunas definiciones de la pragmática:

* "La pragmática es la disciplina lingüística que estudia cómo los seres humanos interpretamos enunciados en contexto". (Reyes 1994: 17)

* "Se entiende por pragmática el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante concreto en una situación comunicativa concreta, como su interpretación por parte del destinatario". (Escandell vidal 2002: 13–14)

* La pragmática se centra en "aquellos aspectos del significado que no se pueden predecir por medio del conocimiento lingüístico exclusivamente y, a su vez, tiene en cuenta el conocimiento del mundo físico y social". (Stilwell Peccei 1999: 2)


Estas tres definiciones dan mucho que pensar. Primero, se debe tratar de entender los términos que estos autores utilizan porque, como todas las ciencias sociales, la pragmática viene acompañada de su propia terminología. Uno de los conceptos más utilizados en la pragmática es el enunciado. Un enunciado es parecido a una oración, pero una oración es independiente del contexto, mientras que un enunciado siempre depende del contexto porque sucede en una situación concreta. Considere los siguientes ejemplos:

1) California está en los Estados Unidos.

2) Yo vivo en los Estados Unidos.


Para empezar, se podría decir que tanto (1) como (2) son oraciones. Con frecuencia, los profesores dan ejemplos de este tipo en clases de lengua para ilustrar algún punto gramatical a los estudiantes, como el de la concordancia verbal (California está, yo vivo). En tales casos, se entiende que el significado de la oración es secundario e incluso es aceptable cuando se trabaja con oraciones que tienen significados absurdos. Sin embargo, en los ejemplos (1) y (2) se percibe que uno de ellos no tiene un significado completo porque, para comprenderlo en su totalidad, se necesita información más detallada del contexto. La falta de información detallada tiene que ver con el uso de yo en (2) porque si cien personas diferentes dijeran yo vivo en los Estados Unidos, habría cien significados diferentes; cien individuos afirmando que cada uno vive en los Estados Unidos. No obstante, si cien personas diferentes dijeran California está en los Estados Unidos, el significado no cambiaría. El ejemplo (2) muestra de forma clara por qué es importante contextualizar las oraciones y proporcionar información de una situación concreta y de personas concretas. Entonces, hasta cierto punto se podría decir que un enunciado es una oración en una situación específica y con personas identificables.

Según la perspectiva de la pragmática, los seres humanos se comunican anclados a un contexto específico, y además, para entender lo que dicen, frecuentemente se requiere información de este contexto. De acuerdo con la primera definición de Reyes,la pragmática estudia cómo los seres humanos interpretamos enunciados en contexto. En la segunda definición se incluye la idea del uso del lenguaje en la comunicación, y hay varias referencias a la importancia de lo concreto (enunciado concreto, hablante concreto y situación concreta) porque si algo es concreto, se supone que tiene un contexto específico.

Otra diferencia entre oración y enunciado está relacionada con la estructura. Una oración obedece a un criterio gramatical mediante el cual se debe incluir, como mínimo, un componente: un verbo más un sujeto de forma explícita o implícita. Consecuentemente, tanto Yolanda estudia como el mandato ¡Estudia! son oraciones. Sin embargo, aunque normalmente no se diría que un adverbio solo, como dentro, pudiera funcionar como una oración, no es difícil imaginar una conversación como la de (3):

3) En un restaurante con patio:

Camarero: ¿Quiere Ud. una mesa dentro o fuera?

Cliente: Dentro.


Dado que dentro realiza una función comunicativa en el contexto (es decir, el cliente contesta la pregunta y comunica el deseo de querer comer dentro), se puede concluir que es un enunciado. Cuando se estudian los enunciados, generalmente interesa saber cuál es la función que una oración o una palabra realizan y cómo los interlocutores utilizan el lenguaje para comunicar lo que quieren expresar. Tendría sentido decir que cada oración puede ser un enunciado, pero no al revés, ya que hay enunciados que no cumplen con la estructura gramatical de una oración.

Un objetivo fundamental de la pragmática es investigar la relación que hay entre el significado y el contexto. Por eso, la pragmática se ocupa del uso del lenguaje y no únicamente del lenguaje, porque el lenguaje (palabras y oraciones), en el sentido más restringido de la palabra, se puede estudiar sin tener en cuenta el contexto. Ésta sería una de las diferencias entre la gramática y la pragmática; son perspectivas diferentes, con distintos objetivos.

Otros dos conceptos que han aparecido en las definiciones de pragmática, que se incluyen al comienzo de este apartado, y que también están directamente relacionados con el uso de la lengua son: hablante-oyente y emisor-receptor/destinatario. Los roles que se asocian con la producción son el de hablante y el de emisor y aunque es cierto que a veces se emplean indistintamente, es importante tener en cuenta las diferencias (Escandell vidal 2002). Denominamos hablantes a todas las personas que tienen la capacidad de hablar, independientemente de la situación (si uno está hablando o no), y de la lengua que utilicen. Por el contrario, empleamos la palabra emisor para aquellas personas que emiten un mensaje en un acto de comunicación determinado. Algo similar ocurre con los conceptos de oyente y receptor; el oyente es simplemente la persona que tiene la "capacidad abstracta de comprender un determinado código lingüístico" (Escandell Vidal 2002: 27), mientras que el receptor es la persona que recibe el mensaje en un acto de comunicación. Para ejemplificar estos conceptos, se puede reflexionar a partir del ejemplo (3) e intentar establecer si el camarero y el cliente son emisores y receptores y/o hablantes y oyentes. Ambos son emisores cuando emiten sus respectivos mensajes y receptores cuando los reciben, sin embargo, si en vez de conversar estuvieran en silencio, serían exclusivamente hablantes y oyentes ya que no estarían haciendo uso de la palabra o llevando a cabo un acto de comunicación.

Ahora sólo queda por explicar el concepto de destinatario. Por lo general, tanto receptor como destinatario se refieren a la persona que recibe el mensaje producido por el emisor. Sin embargo, alguien puede recibir mensajes sin ser el receptor intencionado. Imagine que usted está haciendo cola para ir al cine, y mientras espera, dos amigos están hablando de la película en cuestión. Usted podría fácilmente oír, e incluso seguir, la conversación ajena, sin ser partícipe en ella. En tal caso, sería receptor por ser recibidor del mensaje, pero como los amigos no tienen la intención de dirigirle su mensaje, usted no sería el destinatario. Por lo tanto, el factor que distingue al destinatario del receptor es que el primero se reserva para la persona a la que el emisor pretende comunicar su mensaje. Hecha esta distinción, queremos aclarar que, en este libro, empleamos los conceptos de receptor y destinatario como sinónimos excepto cuando el objetivo es realizar la distinción entre ambos por algún motivo específico.


1.1 LA GRAMÁTICA Y LA PRAGMÁTICA

Reflexione sobre los siguientes ejemplos:

4) *Esta clase son difícil. [Generalmente se usa un asterisco para indicar que una oración no es gramatical].

5) Dame un vaso de agua.


Si piensa solamente en términos gramaticales o estructurales, una de estas oraciones es gramatical y otra es agramatical. El ejemplo (4) es agramatical puesto que hay un error de concordancia entre el sujeto y el verbo y es, por lo tanto, un asunto claramente gramatical. Tal y como ocurría en el ejemplo (2), el principal problema en (5) es la falta de contexto y la ausencia de información sobre los interlocutores, el término que usamos para las personas que participan en un acto de comunicación. Es decir, no se sabe quién es el emisor ni a quién está dirigido el enunciado. Para explorar lo importante que es tener acceso a los detalles contextuales de un enunciado, fíjese en (5).

Imagine que una estudiante le pregunta a su profesor de español lo siguiente: ¿Es correcto decir 'dame un vaso de agua'? Es probable que le responda que es una oración gramaticalmente correcta, pero que, en algunos contextos, el mandato dame puede parecer excesivamente directo o brusco.

Cuando se habla en términos de lo apropiado o lo adecuado en una lengua, es una cuestión pragmática porque, para saber si un enunciado es apropiado o no, hay que tener en cuenta ciertos elementos del contexto (Ej. ¿Quiénes son los interlocutores? ¿Qué tipo de relación existe entre ellos?), como se estudiará en el capítulo 3. En español, por ejemplo, el hecho de decidir entre el uso de o usted es una cuestión pragmática y no gramatical. Si no se conjuga bien el verbo, como en el caso de Tú es ..., el problema es entonces gramatical. En cambio, uno de los objetivos de la pragmática es explorar, determinar y explicar por qué los enunciados son apropiados o no.

Aunque la diferencia entre gramática y pragmática parece evidente, a veces no es fácil separar los dos conceptos. Se puede pensar en un ejemplo en el que hay que considerar el contexto de una oración para determinar si de verdad es gramatical o no. Ya que el contexto puede afectar la gramaticalidad de una oración (o de un enunciado), la pragmática y la gramática no son completamente separables. Considere la siguiente oración:


6) Quiero ir.

Se debería poder reconocer (6) como una oración que está bien formada. Ya se sabe que en español no es necesario usar el pronombre de sujeto, en este caso yo, porque la forma verbal quiero indica quién es el sujeto. En el 95 por ciento de los casos, Quiero ir sería una oración gramatical. Ahora, observe un ejemplo contextualizado:

7) Un padre pregunta a sus tres hijos:

Padre: ¿Quién quiere ir a la playa?

Pablito: #Quiero ir. [El símbolo # se usa para mostrar que un enunciado no es apropiado para el contexto].


En (7) hay un contexto en el que un padre hace una pregunta a sus hijos. Es una pregunta mediante la que se pide una información específica (quién), por lo que la respuesta debería ofrecer este elemento informativo. Como Pablito no transmite esta información de forma explícita, su respuesta no se ajusta a la pregunta. Es decir, para que la respuesta incluya la información solicitada, Pablito tendría que decir Yo quiero ir. El siguiente ejemplo es otro que muestra la importancia del contexto:

8) Necesito verla.


Estrictamente hablando la oración en (8) es gramaticalmente correcta, sin embargo fíjese en la importancia que tiene el contexto en los siguientes ejemplos:

9) Enrique: ¿Por qué estás buscando a Mario?

Wendy: *Necesito verla.

10) Enrique: ¿Por qué estás buscando a María?

Wendy: Necesito verla.


En (9), es evidente que Necesito verla es agramatical porque Mario es masculino, y por lo tanto wendy debería usar lo. En (10), Necesito verla es gramatical porque se entiende que la se refiere a María y es el nombre de una mujer.

Los ejemplos de (6) a (10) ayudan a resaltar la importancia que el contexto tiene a la hora de determinar la gramaticalidad de una oración. Esto significa que cuando uno habla, piensa constantemente en el contexto para construir estructuras gramaticales. En realidad, la gramática y la pragmática ofrecen dos perspectivas diferentes que se pueden aplicar para estudiar el lenguaje, y una de las aportaciones más significativas de la pragmática es enfatizar que el lenguaje real no ocurre en un vacío.


1.2 ¿POR QUÉ ESTUDIAR LA PRAGMÁTICA?

Todos los seres humanos pueden llegar a dominar su lengua materna sin ser conscientes de cómo funciona la gramática. Por eso hay que distinguir primero entre usar el lenguaje y reflexionar de forma crítica sobre su estructura y su uso. Para poner un ejemplo básico, cualquier anglohablante sabría decir algo como "My sister and I gave our father the present", pero no todos podrían identificar correctamente cada uno de los componentes y explicar que "our father" es el objeto indirecto, "the present" es el objeto directo, "our" un adjetivo posesivo, etc. Y seguramente casi ninguno sabría explicar por qué se dice "my sister and I" y nunca "I and my sister".

Piense en otro caso paralelo relacionado con el mundo biológico. Todos los seres humanos tienen órganos (el corazón, el hígado, los riñones, etc.) que funcionan bien por sí solos, y la mayoría de ellos, si no ha estudiado biología o medicina, no sabe necesariamente cómo funcionan. Entonces, aunque todos saben cómo usar el lenguaje para cumplir con sus necesidades cotidianas, su grado de conciencia como usuarios de la lengua es básico, incompleto y, en gran parte, limitado a nociones estereotípicas y mal formadas. Por ese motivo, estudiar la pragmática y la lingüística en general ayuda a profundizar en la lengua que uno habla y a cuestionar de forma crítica diversos aspectos de la misma.

Estudiar la pragmática también hace que uno sea más consciente de su competencia pragmática, la capacidad para usar el lenguaje en una variedad de situaciones con éxito y eficacia. Según Cohen (2010: 3–4), se puede explicar una competencia pragmática del siguiente modo: como oyentes debemos interpretar lo que nos dicen, lo que no nos dicen y lo que se comunica de forma no verbal. La competencia pragmática permite deducir las intenciones del emisor. Por ejemplo, si un amigo comenta a alguien que le encantan sus zapatos, al menos en la mayoría de los casos uno es capaz de intuir cuál es el objetivo de su comentario (ser amable, cariñoso, chistoso, provocativo, hostil, etc.). Tanto los lectores como los oyentes deben hacer lo mismo con el lenguaje escrito, aunque el proceso, el medio y los recursos son diferentes. Los hablantes y los escritores, por su parte, necesitan saber cómo expresar lo que quieren comunicar, no sólo desde el punto de vista formal (la corrección gramatical), sino también desde la perspectiva del uso de la lengua (la corrección pragmática). Es conveniente saber, por ejemplo, cómo evitar expresar lo que uno no quiere decir o cómo prever cuáles pueden ser las consecuencias de lo que se expresa. Uno de los elementos que Cohen enfatiza es el hecho de que una gran parte de lo que la gente desea comunicar se transmite de forma indirecta (mediante el lenguaje indirecto, la entonación, el lenguaje corporal, etc.). Por lo tanto, poseer una competencia pragmática también implica ser competente en la expresión e interpretación de significados indirectos.


(Continues...)

Excerpted from Seamos Pragmáticos by Derrin Pinto, Carlos de Pablos-Ortega, Tim Shea. Copyright © 2014 Yale University. Excerpted by permission of Yale UNIVERSITY PRESS.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
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Table of Contents

Contents

Prefacio, ix,
Agradecimientos, xi,
Capítulo 1/Para abrir boca: La pragmática desde el principio, 1,
Capítulo 2/Las palabras no mienten: El significado, 13,
Capítulo 3/Estar fuera de lugar: Los elementos contextuales, 30,
Capítulo 4/De aquí en adelante: Las expresiones deícticas, 48,
Capítulo 5/Las palabras vuelan, y lo escrito permanece: La oralidad y la escritura, 76,
Capítulo 6/Entre lo dicho y lo hecho: Los actos de habla, 99,
Capítulo 7/Hablando se entiende la gente: Las normas de conversación, 128,
Capítulo 8/Lo cortés no quita lo valiente: La cortesía, 144,
Capítulo 9/En la variedad está el gusto: variación pragmática en el mundo hispanohablante, 173,
Capítulo 10/Al país que fueres, haz lo que vieres: Contrastes entre el español y el inglés, 201,
Capítulo 11/Parece que no hablamos el mismo idioma: El aprendizaje de la pragmática, 221,
Glosario, 243,
Bibliografía, 251,
Índice de temas, 263,

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